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El invierno ha sido muy cálido y horrorosamente seco, ni nieve ni lluvia, y eso se aprecia en que por el valle no corre ninguno de los regatos y arroyuelos que en otros años, cuando se anuncia la primavera, inundan su fondo, resbalando desde sus laderas,
Sin embargo, además del relajante paseo que por él podemos llevar a cabo en cualquier momento disfrutando su silencio, roto solamente con los trinos de pájaros y mugidos de reses vacunas, también tenemos la posibilidad de disfrutar, en el camino hacia Collado Villalba, de la visión de espectaculares encinas y maravillosos enebros, que por sus rugosos y gruesos troncos y sus frondosas copas nos hablan del inevitable paso del tiempo por nuestros paisajes,
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